Laura Gorre

14 julio, 2009

El amor es una lengua extraña, que hablamos casi por intuición.
Ese idioma no necesita maestros; los chicos lo balbucean con miradas y gestos, los adultos a veces lo descubren cuando ya es demasiado tarde y los viejos lo recuerdan para poder morir dignamente.


Mi querida Eva
Gustavo Martín Garzo

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